Planeación Educativa
El esfuerzo de la planeación en el país ha
sido difícil por la ausencia de planes nacionales, estatales o regionales y por
las condiciones en que pretendemos realizar esta actividad. Los antecedentes
inmediatos, como “El plan de once años”, “el planeamiento integral de la
educación” y “La reforma educativa”, son ejemplo de esfuerzos definidos e
impulsados desde el centro, eliminando, por tanto, la participación de los
beneficiarios de la educación. Las dependencias centrales de planeación
enfrentan problemas de aceptación, se les ve como medios de imposición,
situación que resta posibilidades al cumplimiento de sus funciones, traduciéndose
la labor de la planeación en acciones aisladas.
La labor de programación
centralizada se encuentra sin superar limitaciones de información, la cual
resulta insuficiente cuantitativa u cualitativamente, para programar el
desarrollo de un sistema. El nivel de
autoridad prevalece y rebasa cualquier programación, y las decisiones favorecen
a los grupos con mayor poder de negociación
que, como sabemos no corresponden a los grupos que requieren atención
prioritaria, ya que n o hay propiamente un sistema educativo nacional; lo que
existe es un conjunto de sistemas independientes, como el federal, los sistemas
estatales, las instituciones privadas y autónomas y los organismos descentralizados.
La falta de coordinación se
manifiesta en la falta de correspondencia entre programas definidos y
asignaciones de gasto corriente e inversión. La falta de integración del
sistema dificulta la definición y aceptación de propósitos comunes y el que las
instituciones se conduzcan bajo lineamientos de interés colectivo sin afectar
su libertad individual, por lo tanto para crear un sistema nacional de
educación superior se ven diluidos ante la impotencia de lograr, por consejo,
objetivos comunes para las reformas educativas de las universidades.
Mientras del sistema
educativo no sepamos qué está sucediendo y por qué, nos seguirá preocupando que
la educación resulte un instrumento para escapar de las áreas rurales y
marginadas, en lugar de que sea un medio para desarrollarlas.
Dada la situación, debemos
entonces buscar nuevas alternativas y estrategias a lo que deberá ser el
esfuerzo y organización de la planeación educativa. El esfuerzo de planeación debe ser de tal manera entendida,
que signifique un proceso y no una tarea. Para llegar a un hecho concreto, en
un tiempo determinado.
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